De acuerdo con los requerimientos del cliente, diseñamos un edificio con distintas tipologías, dividido en tres bloques habitables abiertos y ligeros que van separados por vegetación. Las áreas comunes se concentran en un solo lugar mirando hacia los tres frentes exteriores. Se hizo retroceder el edificio a fin de liberar la esquina. La fachada está integrada por una diáfana sección de vidrio que contrasta con un muro irregular de carácter distintivo. El artista mexicano Jerónimo Hagerman aceptó colaborar con nosotros para instalar unos bloques de enredaderas dentro del edificio que estaban basados en una instalación suya presentada con anterioridad en el Museo Sala Siqueiros (INBA). El muro denso de vegetación y piedra contrasta con la sutil liviandad de la fachada de cristal que corresponde a los apartamentos.